Los agricultores honraron a su patrón con la mirada puesta en el cielo

Los campos fueron bendecidos con la esperanza de que se salve parte de la cosecha de este año

Como no podía ser de otra manera y tratándose de la principal fuente de ingresos de la que se nutre un buen número de atanzoneros, gran parte de los que en mayor o menor medida tienen un vínculo con el mundo agrario no quisieron faltar un año más a la celebración del día del patrón de los labradores: San Isidro.

A pesar de que en las últimas jornadas se había escapado algún chaparrón, nunca es suficiente para compensar el largo invierno donde se deja sentir cada vez más el famoso “cambio climático”, con ausencia casi ya por completo de nevadas y sin apenas lluvias destacables y, por el contrario, dominando jornadas con elevadas temperaturas, que hacen temer a los agricultores por el bajo rendimiento de sus cosechas. Así, buena parte de ellos sigue manteniendo con gran devoción la tradición de venerar al santo protector del campo.

San Isidro 2017

El día festivo lo protagonizó la misa en honor a San Isidro, seguida de la solemne procesión, con su austera imagen portada a hombros por los labradores del pueblo, dirigiéndose a las afueras hasta los pies del Cerro Portillo, junto a los campos del llano de Carravilla. Allí, el párroco Luis Ángel, como es costumbre, los bendijo. Esta vez con la anécdota de haberlo hecho sin el agua bendita con el hisopo, por habérselo dejado olvidado en la sacristía, lo que provocó la sorpresa de los feligreses.

San Isidro 2017

A la finalización del acto religioso, la celebración continuó en el salón del Centro Cultural en la plaza Mayor, en donde el ayuntamiento ofreció su tradicional vermut de San Isidro, en donde agricultores y acompañantes compartieron, bien seguro, amena charla con la situación del campo a pocas semanas de comenzar una nueva campaña de la siega como principal tema de conversación.

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