La cena vecinal congregó a muchos atanzoneros en la plaza Mayor en torno a la tradicional caldereta
La entrega de trofeos y los fuegos artificiales despidieron las fiestas hasta el año próximo.
Con una mezcla de cansancio y pena, la gente se despidió un año más de la semana grande del calendario atanzonero. Durante el día y parte de la tarde se retiró la arena, compuertas, burladeros y vallados de la plaza y las calles. Por la tarde, en la plaza, los más pequeños del pueblo pudieron disfrutar de unos hinchables cedidos por la Diputación de Guadalajara mientras la tradicional caldereta se cocinaba.
A las nueve de la noche, con un trasiego de mesas y sillas, los vecinos se reunieron en la plaza Mayor para probar el guiso y disfrutar de un momento para la tertulia haciendo balance de las fiestas. A su finalización, comenzó la entrega de trofeos a los ganadores de las actividades realizadas durante la semana cultural y el concurso de disfraces. Pequeños y mayores subieron al escenario encima de los toriles para recoger los trofeos, repartiéndose al final desde lo alto bolsas de chucherías a toda la chavalería.
Como acto para cerrar la fiesta hubo un espectáculo pirotécnico con fuegos artificiales y una larga traca que sin duda gustó y mucho a los vecinos.